Hemodiálisis en centro hospitalario

Durante la hemodiálisis (HD), la máquina de hemodiálisis extrae una pequeña cantidad de sangre del cuerpo mediante una aguja o un catéter. A continuación, el dializador depura la sangre y elimina desechos, toxinas y el exceso de líquido. Por último, la sangre limpia se vuelve a introducir en el cuerpo.

Los tratamientos de hemodiálisis que tienen lugar en un hospital o un centro de hemodiálisis bajo la supervisión de un equipo médico se llaman hemodiálisis en centro hospitalario. Si va a recibir tratamientos de hemodiálisis en centro hospitalario, lo normal es que tenga tres sesiones a la semana y cada sesión durará entre 3 y 5 horas.

Antes de cada tratamiento de hemodiálisis en centro hospitalario, un miembro del equipo médico le realizará una breve exploración física y le pesará para determinar cuánta agua hay que extraerle del cuerpo. Se limpiará el acceso para el tratamiento, se introducirán las agujas necesarias y se colocarán los tubos que conectan el acceso a la máquina de hemodiálisis. A continuación, comenzará el tratamiento de hemodiálisis, durante el cual se encargará de usted un miembro del personal de enfermería. Cuando haya acabado el tratamiento y le hayan desconectado de la máquina, se le medirá la tensión arterial y podrá irse del centro.

Es recomendable llegar al centro pronto para las citas de hemodiálisis en centro hospitalario de manera que el equipo de profesionales sanitarios tenga tiempo de sobra para prepararlo. Lo mejor es que lleve ropa cómoda y un libro o cualquier otra cosa para entretenerse mientras recibe el tratamiento. Durante los tratamientos de hemodiálisis (HD) y después es posible que sienta cansancio, calambres molestos en las piernas o náuseas. Por lo tanto, lo normal es que quiera irse a casa a descansar. Si nota síntomas que no sean habituales durante el tratamiento o después del mismo, debe contárselos a su equipo médico.

En lo que respecta a las sensaciones que provoca el tratamiento, lo normal es que sienta un poco de dolor cuando le introduzcan las agujas y, como se ha indicado anteriormente, que esté cansado o note calambres molestos en las piernas o náuseas tras el tratamiento. El tratamiento en sí no debe provocarle nada de dolor.

Es fundamental que asista a todas sus sesiones de tratamiento en centro hospitalario. Para ello, lo mejor es que hable con su equipo de profesionales sanitarios para encontrar un horario de tratamiento adecuado acorde con su estilo de vida. De esa forma, se asegurará de poder seguir de forma sencilla su plan de tratamiento. Debe tener en cuenta que no siempre le será posible recibir los tratamientos en un centro a la hora exacta que le gustaría, la flexibilidad es fundamental. También debe hablar con su profesional de la salud a menudo sobre sus opciones de tratamiento, por si la opción que elija en primer lugar no se adapta bien a su estilo de vida.

• HD en centro hospitalario, durante el día

Si trabaja de noche, está jubilado o tiene tiempo libre la mayor parte de los días laborables, lo mejor es que reciba el tratamiento durante el día. Tendrá que acudir tres veces a la semana a las citas para que le pongan el tratamiento en el centro y cada sesión durará entre 3 y 5 horas. Un miembro del personal de enfermería o un profesional de la salud le administrará el tratamiento para que no tenga que hacerlo usted.

• HD en centro hospitalario, nocturna

Para algunos pacientes, la HD nocturna puede ser una opción de tratamiento. Si recibir la HD diurna le dificulta el cumplimiento de sus responsabilidades profesionales o personales, el mejor tratamiento para usted será la HD nocturna. La HD nocturna es una hemodiálisis que tiene lugar en el hospital o la clínica mientras duerme. Como es un tipo de diálisis que dura más y es más lenta, filtra la sangre de una forma más parecida a como lo harían los riñones de manera natural. Como la HD nocturna se realiza mientras está dormido, se adapta mejor a su apretada agenda diaria. Tenga en cuenta que la HD nocturna no está disponible para muchos pacientes, por lo que el equipo médico le informará de si es una opción para usted.

Si se decide por la HD nocturna o si se la recomienda el profesional de la salud, elija un hospital o un centro que la proporcione.

Existen tres tipos distintos de acceso para la hemodiálisis (HD): fístula, injerto y catéter. Cada uno tiene ciertas ventajas y determinados inconvenientes, por lo que debe hablar de cada uno con su equipo médico para determinar cuál será la opción de acceso más efectiva y segura para usted. Por lo general, la fístula se considera el tratamiento estándar en la mayoría de los centros de diálisis.

Fístula

• Una fístula suele ser la mejor opción para la hemodiálisis (HD) porque usa sus propios vasos sanguíneos, lo que permite que haya una buena circulación sanguínea durante el tratamiento y presenta la menor probabilidad de que se produzcan infecciones. 
• El cirujano conectará una de sus arterias a una vena por debajo de la piel del brazo o el antebrazo. 
• Lo mejor es que esta intervención tenga lugar 2 o 3 meses antes de la fecha de inicio de la diálisis. 
• Durante la diálisis, la sangre no filtrada circulará desde los vasos sanguíneos a través de una aguja, conectada a la fístula, y la sangre limpia volverá al cuerpo a través de una segunda aguja, también conectada a la fístula. 

Injerto

• Para crear un injerto, el cirujano usará un trozo de tubo médico para conectarle una arteria a una vena. Este injerto se colocará debajo de la piel del brazo o la pierna.
• Durante la diálisis, la sangre no filtrada circulará desde los vasos sanguíneos a través de una aguja, conectada al injerto, y la sangre limpia volverá al cuerpo a través de una segunda aguja, también conectada al injerto.

Catéter

• Los catéteres suelen ser temporales y solo se utilizan mientras espera a que le pongan una fístula o un injerto. 
• Se colocará un catéter dentro de una vena, en el cuello o el pecho. El otro extremo del tubo saldrá de la piel y se conectará al tubo de la máquina de hemodiálisis. 
• No se recomienda el uso de catéteres a largo plazo porque pueden conllevar un mayor riesgo de coagulación sanguínea e infecciones, y provocar que la velocidad del flujo sanguíneo disminuya. 

En función de lo resistentes que tenga las venas y de su estado de salud general, su profesional de la salud podrá decidir qué tipo de opción de acceso es la mejor para usted. Si su profesional de la salud decide que necesita una fístula o un injerto, tendrá que programar la intervención quirúrgica antes de la fecha de inicio de la diálisis.

Independientemente del tipo de acceso que elija, tendrá que proteger la zona de acceso de un exceso de presión, gérmenes e infecciones. Recuerde lavarse las manos antes de tocar esa zona y de comprobar con frecuencia si hay signos de hinchazón o irritación. Póngase en contacto con el personal de enfermería inmediatamente si sospecha de la presencia de estos signos. Esto se aplica a todas las opciones de tratamiento de diálisis.

Existen otros beneficios de recibir hemodiálisis en centro hospitalario. Por ejemplo, puede que recibir el tratamiento fuera de su casa sea conveniente para usted, ya que al hacerlo tiene la oportunidad de salir, la situación puede ser menos traumática para su familia y consigue separar mejor su vida relacionada con el tratamiento y la vida en su casa.

Aunque la hemodiálisis en centro hospitalario tiene varios beneficios, también hay ciertos aspectos que son importantes. Debe tener en cuenta lo siguiente antes de hablar con su profesional de la salud sobre si la hemodiálisis en centro hospitalario es adecuada para usted:

• En función de lo lejos que viva del centro de diálisis, tendrá que añadir el tiempo del traslado a la planificación del tratamiento 3 o 4 veces a la semana.
• Si necesita que el hospital le proporcione el transporte para llegar a las citas, puede que lo recojan a usted y a otros pacientes temprano y que tenga que esperar para que lo vuelvan a llevar a casa después de la diálisis.
• En cada tratamiento tienen que introducirle agujas, algo que le puede resultar molesto si les tiene miedo.
• Durante los tratamientos de hemodiálisis (HD) y después, es posible que se sienta cansado y con náuseas.
• Quizás le cueste planificar los días a causa de las sesiones de tratamiento en el centro.